071111 - Quito :: En el hemisferio sur! / On the Southern Hemisphere!

Después de una prolongada pausa en mi natal Colombia, la hora ha llegado de completar la vuelta alrededor del continente americano allí donde el agua en el inodoro gira al revés y la latitud se marca en números negativos, es decir, en el hemisferio sur. Precisamente esta semana llegué a Quito y oficialmente crucé la marca del centro del mundo, línea ecuatorial que aunque bien demarcada por un monumento al norte de la ciudad, esta desfasada 150 metros de acuerdo a mi GPS, pero bueno, igual ya se cruzo y la N se ha remplazado por una S.

Han sido ya casi dos meses sin relatar lo vivido en esta aventura, y no precisamente a falta de historias, sino más a falta de dedicación al respecto. Bueno, tratare ahora de resumir un poco para no volver este cuento muy largo.

Empezare por decir que ha habido mucha fiesta, paseos y nuevos amigos. Los Angeles, como siempre fueron un paraíso de sol, música y buena energía, y esta vez con valor agregado, ya que adicional a mis amigos de siempre (Borda, Carlos, Lucas, Popa, Iñigo, etc.) estuve acompañado de algunos personajes adicionales, que no solo resultaron ser increíbles personas, sino también inagotables fuentes de energía. Con Armandito, Javi Rumi y Bluekim entre otros transformamos es estudio de wcmusic en nuestro pequeño club privado por casi dos semanas, excelente música, buena compañía y mucha, mucha fiesta.

De California regrese a Colombia un toque agotado y con ganas de descansar (si es que el termino aplica) y pues en el mejor momento aparece Julián Jaramillo con una invitación para el parque Tayrona al día siguiente, con tal suerte que conseguí pasajes relativamente económicos en la misma aerolínea y a la mismo hora que el resto de los integrantes del paseo. Julián, Juan Diego, Diana y yo arrancamos pues al día siguiente hacia la costa colombiana para encontrarnos con el que es a mi gusto uno de los paisajes mas espectaculares que tiene mi país. Se podría decir que el termino “Relajado” se quedo pequeño para describir la experiencia que de 5 días paso a 7 y que entre hamacas, paisajes increíbles, playas blancas, aguas claras, sesiones de careteo, paletas, pescado frito, ceviches, gente nueva y unos roncitos suaves se convirtió en uno de los paseos mas tranquilos que he vivido.

Recargado pues regrese a Bogota y la mira estaba ahora puesta en el Mundial de Coleo en Villavicencio. Los Julianes (Jaramillo y Londoño) me invitaron para un paseo con sus amigos a una finca en los llanos orientales de donde supuestamente iríamos a ver el espectáculo del Coleo, evento que nunca visitamos, ya que los factores piscina, sol, lluvia, calor, mujeres lindas, buenos amigos y energía inigualable no nos lo permitieron y pues el “Mundial de Coleo” quedo transformado en una simple excusa para otro bien disfrutado fin de semana.

De Villavicencio salí con mi viejo amigo Hugo y su esposa Cony para su casa en Yopal, ciudad ubicada igualmente en los llanos orientales a unos 250 Kilómetros al norte. El paisaje de los llanos es impresionante, un mar de horizonte, donde los grandes ríos se pierden zigzagueantes de la vista mientras llevan las aguas que la cordillera incansablemente provee a estas planicies inmensas. Con Hugo compartí un agradable día de correría por el pie de monte llanero de donde el paisaje se aprecia en toda su extensión.

Tiempo era ya de volver a la montana, pero fácil no iba a ser. Luego de arrancar temprano en la mañana rumbo Bogota por la vía a Sogamoso con la intención de visitar Villa de Leyva antes de proceder a la capital del país, me encontré con lo que había sido un deslizamiento de tierra que aunque ya destapado había dejado a su paso una gruesa capa de pantano denso y húmedo que si hacia el paso complicado para camiones y camperos, lo hacia prácticamente imposible para la moto. Pero bueno, decidí intentar y tras de quitar las maletas, caerme tres veces, embarrarme hasta la frente y quebrar el apoya pie derecho me di cuenta que no lo iba a lograr y pues vuelta atrás y a buscar otra ruta. La ruta escogida aunque un poco mala y con un prolongado tramo destapado me mostró paisajes espectaculares de la cordillera oriental que de otro modo nunca hubiera conocido. La represa del Chicamocha es imponente y los múltiples túneles que atraviesan la montana en esta vía hicieron del viaje algo completamente diferente y muy agradable. Lo que hubieran podido ser tres horas y media, fueron ocho y el tener que manejar sin el apoya pie derecho me dejo exhausto.

En Bogota arregle la moto y al día siguiente acepte una cordial invitación de Julián Londoño para la casa de su familia en Girardot. Una excelente ruta, curvas perfectas, un buen pescado en la vía y llegar a una espectacular casa al lado de un lago con un agradable Jacuzi fueron la perfecta despedida del altiplano cundiboyacence. Era jueves y como bien dice Julián en tono sarcástico: “Cuando será Domingo para descansar”.

La ruta me conducía ahora de nuevo a Manizales, donde el plan era estar con mis padres, mis amigos y despedirme por que ahora si la ruta solo apunta al sur. Acá permanecí un poco mas de una semana, disfrutando de casa, ejerciendo mi derecho a votar y en un par de fiestitas dignas de una buena despedida… tan dignas, que la ultima en casa de Laura termino por aplazar la salida un par de días, ya que quede en estado no apto para la conducción… pero bueno, se disfruto y hasta el año entrante.

Ahora si oficialmente había comenzado de nuevo, moto full carga y espíritu recargado hasta el tope me llevaron en el primer día hasta Cali. Armandito me recibió en su casa y aunque no salimos mucho debido a la lluvia, pase un par de días muy agradables con el, su novia Lucia, su amiga Margarita y otros de sus amigos. Buen ambiente el de Cali, y de allí a Popayán. El nuevo hostal Trail es un buen lugar para llegar, acá celebramos informalmente la noche de brujas y pues termine abrazado a la estatua de Nariño en el parque central bajo la lluvia en compañía de dos agradables canadienses que igual estaban de paso. No me disfrace pero la oportunidad se aprovecho para celebrar.

En Pasto solo me quede una noche, pero aproveche el buen clima temprano en la mañana par ir hasta la espectacular laguna de la Cocha, luego viajar a Ipiales, visitar el Santuario de Las Lajas y encontrarme con mi primo Pablo en un supermercado de la ciudad.

Una bandera mas en la ruta, el cruce al Ecuador ha sido el más simple de todos y si no fuera por que llegamos a hora de almuerzo hubiéramos pasado en menos de 10 minutos. La ruta a Quito estuvo un poco pesada debido al tráfico, y como mi primo iba en carro no podía hacer uso de las maravillosas capacidades de la moto para sortear los lentos vehículos. Igual llegamos sin problema y el paisaje montañoso del Norte de Ecuador es sencillamente anonadante.

En realidad no tenia una imagen preestablecida de Quito, pero la ciudad me ha descrestado. Situado a lo largo de un estrecho valle a 2800 metros sobre el nivel del mar, la ciudad esta llena de encantos: los paisajes de montanas, volcanes y nevados; el centro antiguo y sus majestuosas iglesias; la zona Mariscal, sus buenos bares, restaurantes y discotecas; el teleférico y la vista de Quito desde lo alto del Pichincha; la mitad del mundo y por supuesto en mi caso la compañía de mi primo, su esposa, mis sobrinos y mi tía han hecho que me lleve una imagen muy agradable de la capital ecuatoriana.

En cuanto a la moto todo anda bien, después de sobrevivir a un pequeño impase en manos de mí cuñado en Bogota, mis caídas en la vía Yopal-Bogota, y una ridícula caída mientras parqueaba después de dar una vuelta con Margarita en Cali, ha demostrado que mas fina no puede ser y que la vuelta la da conmigo completita hasta el sur y de regreso. En Quito llego la hora de nuevas llantas, un cambio de aceite y filtro y pues ya estamos listos para seguir.

La costa ecuatoriana, Guayaquil y Cuenca son los siguientes destinos antes de cruzar a la republica del Peru.


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