071126 - Huaraz :: Mal Calculo | Miscalculation

El ultimo lugar visitado en el Ecuador fue Vilcabmaba, una pequeña población al sur del país sobre los majestuosos Andes famosa por la longevidad de sus habitantes, característica atribuida a cierta sustancia que se encuentra en las aguas que abastecen esta zona, “el elixir de la eterna juventud”, obviamente acompañado de un ambiente bien relajado donde la verdad ni la muerte quiere hacer su trabajo. La ruta que de Cuenca me condujo a esta localidad pasando por Loja es una mas de esas fabulosas carreteras andinas, que sin faltarle uno que otro tramo en mal estado, típico de cualquier vía en Latinoamérica, es sin embargo completamente agradable a todos los sentidos: lindos paisajes, clima agradable, olores de montana, el rugir del motor y un par de momentos de adrenalina pura cuando te parece pecado desaprovechar las majestuosas curvas que te invitan a gastar un poco el costado de las llantas.

En el hostal en Vilcabamba me encontré con Fine, una querida pelada Alemana que había conocido en Quito. Pues bueno con ella nos fuimos a recorrer la zona a caballo y a visitar una linda cascada probablemente de la tan mencionada agua mágica. Junto con ella y otro par de nuevos conocidos pasamos una buena tarde conversando en la plaza del pueblo y rematando con un par de cócteles en el bar del hostal. Era hora pues de romper la rutina del viaje, y viendo que Fine se dirigía en mi misma ruta hacia el Perú, pues la invite a que viajara con migo en la moto por un par de días, y pues hay estaba de nuevo, la moto parecía un Jeep de finca, cargada hasta la cabeza pero con buena compañía.

De Vilcabamba salimos temprano rumbo al Perú en medio de una lluvia que aunque no muy fuerte igual limitaba enormemente la velocidad de conducción. Con suerte el día aclaro en Loja y de hay a Macara (frontera con Perú) fue un agradable viaje sin mayor inconveniente, con la excepción de una indicación mal dada por parte de un anciano en la esquina de un pueblo que nos hizo perder unos cuarenta minutos de viaje. Macara es una de las fronteras mas fáciles y menos transitadas por las que he pasado, extremamente recomendada para los que viajen de Ecuador a Perú, especialmente al comparar mi experiencia con todas las malas historias que he oído sobre el cruce en la frontera principal de Huaquillas. Eso si, no se puede perder la oportunidad para llenar el tanque una ultima vez con gasolina a la mitad del precio que de Perú hacia el sur tendrás que empezar a pagar.

La primera estación en el Perú fue la localidad de Piura, supuestamente la ciudad mas antigua de este país, pero que honestamente poco tiene para mostrar, ni de antigua, ni de moderna, mas bien un simple punto de paso en dirección a la costa.

Y la costa la habríamos de encontrar en Trujillo, mas específicamente en la población de Huanchaco, un pequeño pueblo pesquero y turístico ubicado 10 Kmts al noroccidente de esta ciudad. Aquí logramos llegar a las 7 de la noche después de un largo día caracterizado por un par de malos cálculos.
El primero y tal ves el menos relevante se refiere al cálculo del tiempo de viaje. Durante mi aventura, y especialmente en los países latinos, al momento de calcular el tiempo entre una población y la otra, ha resultado normalmente ajustado estimar dos terceras partes del tiempo que según la guía tarda un bus en recorrerla. Pues bueno, no siempre funciona, cuando la ruta es desértica, la carretera en excelente estado y exageradamente recta, pues el tiempo que se gana en la moto con respecto al bus gracias a la velocidad, se pierde en los descansos que son mas en cantidad y en tiempo debido al cansancio causado por la misma monotonía de la vía. Pues bueno, lo que pensé seria un viaje de 4 horas, no fue ni siquiera de 6 como lo indicaba la guía para los viajeros en bus, sino de 8, claro que las dos horas extras se debieron al segundo mal calculo de la jornada.

Ya habiendo recorrido 100 de los 200 Kmts que separan a Piura de Chiclayo por un extenso y árido desierto se encendió el indicador que normalmente me hace saber que tengo uno 100 Kmts mas de autonomía de combustible, situación que no me preocupo mucho ya que de acuerdo al mapa había un pueblo unos 20 Kmts antes de Chiclayo, pero al seguir la ruta y encontrarme con vientos en contra y cruzados que solo los había sentido en Texas anteriormente me empecé a preocupar un poco, pues obviamente el consumo de combustible se incrementa. Los kilómetros pasaban y las estaciones de gasolina no aparecían por ninguna parte, el GPS me indicaba 10 Kmts mas para encontrar la siguiente población cuando lo que he temido por 9 meses sucedió, me quede sin gasolina. Inicialmente pensé tener suerte de estar con Fine, ya que ella podría quedarse con la moto mientras yo iba de alguna forma a buscar una solución, pero al pensar un poco mejor en la situación decidí que no la podía dejar sola, entonces pues, cerrar todo con llave parar a alguien e irnos juntos en busca de tan preciado liquido. Después de esperar unos 20 minutos sin que ni un solo vehículo pasara en el sentido deseado, la suerte empezó a voltearse a nuestro favor, un camión que pare a ver si nos llevaba, resulto tener medio litro de gasolina con el, y aunque esto no significaba mas que unos 8 Kmts de recorrido pues decidí intentarlo y tratar de llegar al siguiente pueblo. Una vez andando y al mirar nuevamente el GPS vi que no lo íbamos a lograr y entonces pare en la única choza que aparentemente deshabitada se encontraba al lado de la carretera, con la fortuna no solo de no estar deshabitada sino también de tener un poco de gasolina que me pudieran vender. Otro medio litro por el cual pague 10 soles aunque el amable señor solo me había cobrado 1.5 soles, lo cual me pareció insignificante para el favor que me estaba haciendo. Con esto ya llegamos al siguiente pueblo, en medio de un confuso sentimiento de victoria llene el sediento tanque y seguimos la ruta hacia Chiclayo y Trujillo para estar llegando a Huanchaco un poco exhaustos a eso de las 7 de la tarde.

En Huanchaco nos quedamos un día entero, el descanso era necesario, la playa era agradable, la moto necesitaba una buena lavada y engrase de cadena y el pintoresco centro histórico de Trujillo tenia que ser visitado. Fue un día bien bueno con la excepción de que en la noche me di cuenta que la llanta trasera estaba perdiendo aire por el mismo agujero del pinchazo que había tenido en Cuenca. Pensé poder seguir así hasta Lima poniéndole aire periódicamente, pero la mañana siguiente me di cuenta de que la situación cada vez estaba peor, y pues bueno hay estaba nuevamente nuestra suerte dándonos duro, ahora a buscar un montallantas en Trujillo, bajar la llanta, arreglar el parche y continuar. Tomo un poco de tiempo, pero se logro, 2 horas retrasados salimos pues de Trujillo con la idea de ir a Casma por la panamericana para luego cruzarnos a Huaraz por lo que según el mapa parecían unos 50 Kmts de carretera sin pavimentar. Todo iba aparentemente bien, eran las 2:30 de la tarde cuando encontramos la carretera sin pavimentar y según el GPS Huaraz se encontraba a unos 50 Kmts en línea recta, lo que yo estimaría podrían ser unos 80 Kmts por el cruce de montaña equivalente a unas 3 horas de viaje… otro mal calculo. Pues acá venia la suerte de nuevo, la carretera aunque transitable no estaba en muy buen estado y pues manejar cuesta arriba con dos pasajeros y su equipaje no estaba siendo una tarea nada fácil. Un cruce de rió para el cual tuve que bajar todo el equipaje y una entupida caída sin consecuencias cuando trataba de sortear una zanja en la mitad de la vía ya me tenían pensando en que tan acertada había sido la decisión de tomar esta carretera. Eran las 3:40 y habíamos recorrido lo que parecía apenas el 10% del tramo destapado cuando de repente y de frente nos encontramos con un pequeño campero tripulado por Jorge y su hija Rita, un par de Argentinos que venían precisamente de Huaraz y llevaban ya 4 horas de conducción en un vehículo mucho mas acorde con las condiciones de la vía. El pensar que nos cayera la noche en esta vía y la cara de frustración de Jorge al hablar de esta carretera me ayudaron a tomar la decisión, colocar el equipaje en el campero, Fine para el asiento trasero, media vuelta y de regreso a Casma. Bajar ahora sin equipaje ni pasajero por la misma ruta parecía un juego, me sentía como montando bicicleta por carretera pavimentada. Bueno, un poco decepcionante el no haberlo logrado, pero la aventura fue increíble, los paisajes alucinantes y una buena comida en un agradable hotel acompañadas de un par de cervezas mientras conversábamos agradablemente con Jorge y Rita terminaron por darle al día un toque bien especial.

Huaraz y la cordillera blanca no se podían quedar fuera del recorrido, y pues entonces temprano en la mañana y ahora por la vía pavimentada nos dirigimos a dicha ciudad pasando por un contraste de paisajes, desde los áridos y secos desiertos en la costa pacifica hasta los múltiples picos nevados de la cordillera blanca, pasando obviamente por la transición de desierto a páramo que ofrece la cordillera negra. Un viaje mas que recomendado, por una excelente vía.


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The last place visited in Ecuador was Vilcabamba, a small town south of the country over the majestic Andes which is famous for the long life of its citizens, a feature attributed to some substance present on the waters of the area, “the forever young elixir”, obviously accompanied by a very relaxed environment where not even death wants to do its job. The route that from Cuenca took me to this location going trough Loja is one more of the fabulous Andean routes that without lacking a couple of areas in bad shape, typical of any Latin American road, is anyhow completely amazing for all your senses: nice landscapes, good weather, mountain smells, the engine sound and a couple of pure adrenaline moments when it seems like a waist to not push harder on the amazing turns that invite you to wear some of the sides of your tires.

At the hostel in Vilcabamba I ran into Fine, a very nice German girl who I have met previously in Quito. Well, along with her I took a horseback ride around the area and visited a very nice waterfall that probably carried the now mentioned magic water. With her and a couple more new acquaintances we spent a nice afternoon chatting on the town’s plaza and ended the day up with a couple of cocktails on the hostel’s bar. It was time now to break the routine of the trip, and seeing then that Fine was in my same route to Peru, I decided to invite her to travel with me on the bike for some days and well here we go again, the bike looked like a rural farm jeep, loaded to the head but with some good company.

We left early from Vilcabamba towards Peru in the middle of a rainfall that even though was not too strong it did limit enormously the riding speed. Luckily the day cleared up in Loja and from there to Macara (border with Peru) we had a nice ride without any major inconvenience, with the exception of a wrong indication given by an old man in the corner of a town that made us travel out of route for about 40 minutes. Macara is one of the easiest and less transited borders I have ever crossed, extremely recommended for those who travel from Ecuador to Peru, especially when comparing my experience with old the bad stories I kept hearing about the main border crossing in Huaquillas. Important note, don’t forget to fill up your tank one last time before crossing still paying half of what you will be paying soon in Peru.

Our first stop in Peru was the town of Piura, supposedly the oldest city of the country, but honestly it has few to show, neither old nor modern, I see it more as a transit point in the way to the coast.

The coast was to be found in Trujillo, more specifically in the small town of Huanchaco, a fisherman, touristy and surfer town 10 Kmts Norwest of Trujillo. Here we were able to arrive at 7PM after a long day of traveling characterized by a couple of miscalculations.

The first and most relevant one refers to the trip time calculation. During my adventure, and especially on the Latin countries, when it comes to calculating the time to be spent between two locations, it has mostly worked to calculate it as two thirds of the time a bus will take to make it according to the traveling guide. Well, it does not always work, when the route is desert, the road in excellent shape and extremely straight, the time you gain in the bike thanks to the speed, you’ll loose on the breaks taken, which are more and longer due to the tiredness caused by the monotony of the road itself. What I thought would be a 4 hour trip, did not take even the 6 hours the guide indicated for the travelers in bus, but took 8, although the 2 extra hours were due to the second miscalculations of this journey.

After having ridden 100 of the 200 Kmts of desert that separate Piura from Chiclayo, the indicator that lets me know I have around 100 Kmts of fuel autonomy turned on, but this situation did not worried me much since according to the map there was a town 20 Kmts before Chiclayo, but when continuing down the road to find very strong front and cross winds that I have only felt before when crossing Texas, I began to worry a little since obviously the fuel consumption will be increased. The Kilometers passed and the gas stations did not show up anywhere, the GPS indicated 10 more Kmts to find the next town when suddenly what I have feared for the last 9 months happened, I ran out of gas. Initially I though I was lucky to be with Fine, since she could stay with the bike while I went somehow to find a solution, but after thinking a little better on the situation I decided I could not leave her alone, so then, lock everything I could and go together in search of such a precious liquid. After waiting for about 20 minutes with not a single car in the needed direction, luck started to play on our side, a truck I stopped to see if he could take us ended up having half a litter of gas with him, and even though this only meant around 8 Kmts of riding I decided to try it out and get to the next town. Once going and looking again at the GPS I realized I was definitely not going to make it and so stopped in the only little house on the side of the road which looked completely unpopulated to see if they may have a little more gas they could sell me. Another half liter for which I paid 10 soles even though the nice guy who sold it only charged me 1.5, which I thought was insignificant compared to the favor he was now doing to me. With this we were able to make to the next town, in the middle of a confusing victorious feeling I filled the thirsty tank up and we continued the route towards Chiclayo and Trujillo to then arrive very exhausted to Huancallo around 7 PM.

In Huanchaco we stayed a whole day, resting was necessary, the beach was nice, the bike needed a good wash and chain lube and the colorful historic center of Trujillo had to be visited. It was quite a nice day with the exception that at night I realized the back tire was loosing air through the same hole from the flat I got in Cuenca. I thought I could continue all the way to Lima by just putting more air periodically, but next morning I saw the situation was getting worst, so then our luck was there again hitting us hard. Now we had to look for a tire shop in Trujillo with the idea in mind of going then to Casma using the Pan-American Highway to then cross over to Huaraz through what looked in the map like 50 Kmts of an unpaved road.
All was going apparently good; it was 2:30 PM when we first found the unpaved road and according to my GPS Huaraz was located around 50 Kmts in a straight line, which I estimated to be around 80 Kmts of real road in this mountain cross meaning around 3 hours of travel… one more miscalculation. Here was our luck again; the road even though ride able was not in a very good shape and driving up the hill with two passengers and its luggage wasn’t being an easy task at all. A river crossing for which I have to take all the weight off and a stupid fall without any consequences when trying to sort a ditch on the road had me already thinking in how smart had been the decision of taking this road. It was 3:40 and we had only advanced what looked in the GPS as 10% of the distance to cover when suddenly and coming straight to us we ran into a small camper driven by Jorge and his daughter Rita, a couple of Argentineans that were precisely coming from Huaraz and had already been driving for 4 hours in a vehicle way better suited for this type of road. Just thinking night may fall on us in this road and the frustration face Jorge had when talking about the road helped me to make the right decision, put some luggage in the camper, Fine to ride with them, half turn and back to Casma. Riding now down without the luggage and a passenger through the same route seemed more like a game, it felt like riding a bicycle down a paved road. Well, a little bit frustrating to not have made it, but the adventure was incredible, the landscapes mind blowing and a good dinner in a quite nice hotel with a couple of cold beers as we had a nice chat with Jorge and Rita ended up giving the day a very special touch.

Huaraz and the “Cordillera Blanca” could not stay off the route, so then early in the morning and now through a longer but fully paved road we headed towards this town going through an amazing contrast of landscapes, from the arid and dry deserts along the coast to the multitude of white peaks on the “Cordillera Blanca”, crossing obviously the transition from desert to high mountains that the “Cordillera Negra” has to offer. A well recommended trip through a very good road.



Vilcabamba to Piura:




Huanchaco to Huaraz:


071119 - Cuenca :: Veo el Pacifico de nuevo ! I see the Pacific again

Después de vivir 6 años en las costas de California, tengo que reconocer que desarrolle gusto y cariño por el océano pacifico, su no tan pacifico oleaje, sus agua frías y su variedad de paisajes que entre acantilados, playas y formaciones coralinas llenan la costa occidental de todo el continente americano. Con esto en mente, el volver a visitarlo ahora en el Ecuador después de abandonarlo en la ciudad de Panamá lleno la ruta que de Quito me condujo a Manta de expectativa y emoción. Dicha ruta estuvo excelente, comenzó con la inesperada pero grandiosa sorpresa que me dio un cielo despejado al permitirme ver en toda su grandeza la diversidad de volcanes nevados que se encuentran alrededor de la ciudad de Quito y en la salida al sur. Gran sorpresa ya que en 9 días que estuve en dicha ciudad nunca estuvieron despejados, y ya me había dado a la idea de irme sin verlos en vivo y en directo. El descenso por el costado occidental de Los Andes estuvo igualmente lleno de lindos paisajes agradables así como curvas amplias y suaves. Una vez a baja altitud, las carreteras se deterioran, el paisaje se vuelve más monótono y el calor aumenta, haciendo que el tiempo y las distancias crezcan proporcionalmente al nivel de cansancio. Finalmente llegue a Manta, la cual honestamente me decepciono un poco, no se por que razón pero esperaba algo diferente, y no es por menospreciarlo, pero poco atractivo encontré en este puerto.

Temprano al día siguiente salí hacia la bien renombrada Montañita, un agradable y relajado pueblo reconocido por la calidad de su surf. La temporada es baja, pero los extranjeros y locales igual deambulan día y noche en actitud descomplicada en espera de unas buenas olas, las cuales por desgracia no llegaron durante mi estadía.

Era viernes y de Montañita salí hacia la ciudad más grande del Ecuador, Guayaquil. La ruta es relativamente plana y sin mucha emoción, pero el clima estuvo agradable y cuando menos pensé ya estaba entrando a este puerto ecuatoriano. En Guayaquil se encontraba Tatiana, una amiga de Bogota que ya llevaba unos meses viviendo allá. Con ella y algunos de sus amigos nos fuimos a una excelente fiesta con James Zabiela, fiesta que termino en afterparty, buena música, una que otra linda pelada y pues un sábado completo de descanso. No todo fue fiesta obviamente, conocí el Malecón 2000, el Malecón de Salado y el centro de la ciudad y tengo que mencionar que me descresto el ambiente tan agradable que se ha creado en estos sitios para el disfrute del publico en general.

Si algún día sales de Guayaquil rumbo a Cuenca, pon atención, pues al llegar a El Triunfo podes seguir la vía principal y después de 20 o 30 Kmts cuando te detengas en el siguiente pueblo a echar gasolina y aproveches para echarle un vistazo al mapa de nuevo, te podrás dar cuenta que no viste la desviación y ahora estas fuera de ruta. Es mas, al regresar podrás encontrar lo que parece es la ruta correcta, tomarla y parecerte extraño que este en tan malas condiciones y después de 150 Kmts darte cuenta que había otra ruta principal, mucho mejor y mucho mas corta, es decir te puede pasar que un viaje de 250 Kmts se convierta fácilmente en uno de 410 Kmts. Bueno, simplemente es un comentario… a cualquiera le puede pasar!!!

De igual manera a Cuenca se llega por que se llega. Ya sea por ruta larga o corta encontraras al llegar una agradable ciudad, con un centro poblado de iglesias y arquitectura antigua que provee un ambiente bien agradable para caminar por sus calles y leer un poco en una banca de uno de sus parques. Además a solo 30 Kmts y por una carretera bien buena para la conducción te encontraras a 4200 mts de altura en el páramo de Cajas, donde los abundantes lagos, el paisaje de páramo y el viento constante proveen un paisaje no solo maravilloso sino continuamente cambiante a medida que los grandes cúmulos de nubes van siendo arrastrados por los cielos sin descanso.

En Cuenca conocí a Bernardo y Cesar, moteros por naturaleza que andan planeando un viaje por el sur del continente el año entrante. Como por lo general sucede, su amabilidad fue inmensa, no solo me invitaron a un par de cervezas, sino que al otro día Bernardo vino al hostal a recogerme para llevarme a un montallantas recomendado donde logre reparar la nueva llanta que tenia enterrada la puntilla mas grande que había visto en mucho tiempo, por fortuna la misma puntilla contuvo el aire y dio espera para llegar al montallantas.

Los días en Ecuador están llegando a su fin, de Cuenca planeo ir a Volcabamba, donde la gente vive sobre los 110 años, y según entiendo, el ambiente es la definición perfecta para relajación. De allí será la frontera y listo para un nuevo país, Perú, su costa y el majestuoso Machu Pichu me esperan.


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After living for 6 years on the coast of California I have to accept that I developed some likeness and love for the Pacific Ocean, its not so pacific swells, its cold waters and its variety of landscapes that with cliffs, beaches and coral reefs fills up the whole west coast of the Americas continents. With this in mind, visiting it again after having left it on Panama City filled the route that from Quito took me to Manta of expectations and emotions. Such a route was just excellent, it started with the not expected but grateful surprise that a sunny clear sky gave me by letting me see on its full magnitude the diversity of snowed volcanoes that are located all around Quito and its exit way to the south. Great surprise since on the 9 days that I stayed on this city the sky was never clear and I could not see them a single time, so I have already accepted the idea of not getting to know them in real life. The descent from the Andes west side was equally full of beautiful amazing landscapes as well as smooth and wide turns. Once on low altitude, the roads deteriorate, the landscape becomes monotonous and the heat increases, making time and distances grow proportionally to how tired you are. Finally made it to Manta, which honestly disappointed me a little, I don’t know the reason but I was expecting something different, and I don’t mean to undervalue it, but I did not find much attractive on this port town.

Early next day I left toward the well known Montañita, a cozy and relaxed town known by the quality of its surf. It was low season, but foreigners and locals alike roamed day and night on a lay back attitude in wait for some good swell, which unforunatelly did not showed up while I was there.

It was Friday and from Montañita I left towards the biggest city in Ecuador, Guayaquil. The route is relatively flat and with no much emotion to it, but the weather was nice and without noticing I was suddenly in this Ecuadorian port. In Guayaquil was Tatiana, a friend from Bogota that has been leaving there for some months now. With her and some of her friends we went to an excellent party where James Zabiela was Djing, party that ended up in an afterparty in some guy’s place with good music, a couple of beautiful girls and obviously a complete Saturday of resting. Now, it was not only partying, I did go to the Malecon 2000, the “Malecon del Salado” and the city’s downtown and I have to mention I got amazed by the very nice environment that has been developed on this places for the enjoying of everybody.

If any day you leave Guayaquil in your way to Cuenca, pay attention since when arriving to “El Triunfo” you may just follow the main road and after 15 or 20 miles when you stop to put some gas and check the map again you may realize you missed an intersection and are now out of route. More than that, when coming back to find the missing route you may take what looks the right one, be surprised by how bad it is and after 100 miles realize that there was another main route in much better conditions and way shorter, I mean It can happen that a trip of 180 miles ended up being a 300 miles one. Well, just a comment… it can happen to anyone!!!
You’ll end up in Cuenca anyway, It does not matter if you took the long or short route you will find at the end a very nice city, with a downtown full of churches and old architecture providing a good environment to walk around the streets and read a little sitting on a chair in one of its parks. Also, just 20 miles and through a very good road for riding you will find yourself 4200 mts high over the sea level in the Cajas National Park, where plenty of lakes, the high mountain landscape and the constant wind provide views that are not only wonderful but also in continuous change as the big cloud formations are being pushed around the sky with no rest.

In Cuenca I met Bernardo and Cesar, two natural riders that are now planning a trip around the south of the continent for next year. As it usually happens, their amiability was huge, they no only invited me to a couple of beers, but also on the next day Bernardo came by to pick me up and take the bike to a tire shop where I got my rear tire fixed from the longest nail I have ever seen, with the good fortune the nail itself held the air inside and gave us enough time to get to the shop.

Time in Ecuador is coming to an end, from Cuenca I plan to visit Volcabamba, where people lives over the 110 years old and as far as I understand, its environment is the pure definition for relaxation. From there to the border crossing and ready for a new country, Peru, its coast and the majestic Machu Pichu are waiting.




Quito, Manta y Montanita:




Guayaquil y Cuenca:


071111 - Quito :: En el hemisferio sur! / On the Southern Hemisphere!

Después de una prolongada pausa en mi natal Colombia, la hora ha llegado de completar la vuelta alrededor del continente americano allí donde el agua en el inodoro gira al revés y la latitud se marca en números negativos, es decir, en el hemisferio sur. Precisamente esta semana llegué a Quito y oficialmente crucé la marca del centro del mundo, línea ecuatorial que aunque bien demarcada por un monumento al norte de la ciudad, esta desfasada 150 metros de acuerdo a mi GPS, pero bueno, igual ya se cruzo y la N se ha remplazado por una S.

Han sido ya casi dos meses sin relatar lo vivido en esta aventura, y no precisamente a falta de historias, sino más a falta de dedicación al respecto. Bueno, tratare ahora de resumir un poco para no volver este cuento muy largo.

Empezare por decir que ha habido mucha fiesta, paseos y nuevos amigos. Los Angeles, como siempre fueron un paraíso de sol, música y buena energía, y esta vez con valor agregado, ya que adicional a mis amigos de siempre (Borda, Carlos, Lucas, Popa, Iñigo, etc.) estuve acompañado de algunos personajes adicionales, que no solo resultaron ser increíbles personas, sino también inagotables fuentes de energía. Con Armandito, Javi Rumi y Bluekim entre otros transformamos es estudio de wcmusic en nuestro pequeño club privado por casi dos semanas, excelente música, buena compañía y mucha, mucha fiesta.

De California regrese a Colombia un toque agotado y con ganas de descansar (si es que el termino aplica) y pues en el mejor momento aparece Julián Jaramillo con una invitación para el parque Tayrona al día siguiente, con tal suerte que conseguí pasajes relativamente económicos en la misma aerolínea y a la mismo hora que el resto de los integrantes del paseo. Julián, Juan Diego, Diana y yo arrancamos pues al día siguiente hacia la costa colombiana para encontrarnos con el que es a mi gusto uno de los paisajes mas espectaculares que tiene mi país. Se podría decir que el termino “Relajado” se quedo pequeño para describir la experiencia que de 5 días paso a 7 y que entre hamacas, paisajes increíbles, playas blancas, aguas claras, sesiones de careteo, paletas, pescado frito, ceviches, gente nueva y unos roncitos suaves se convirtió en uno de los paseos mas tranquilos que he vivido.

Recargado pues regrese a Bogota y la mira estaba ahora puesta en el Mundial de Coleo en Villavicencio. Los Julianes (Jaramillo y Londoño) me invitaron para un paseo con sus amigos a una finca en los llanos orientales de donde supuestamente iríamos a ver el espectáculo del Coleo, evento que nunca visitamos, ya que los factores piscina, sol, lluvia, calor, mujeres lindas, buenos amigos y energía inigualable no nos lo permitieron y pues el “Mundial de Coleo” quedo transformado en una simple excusa para otro bien disfrutado fin de semana.

De Villavicencio salí con mi viejo amigo Hugo y su esposa Cony para su casa en Yopal, ciudad ubicada igualmente en los llanos orientales a unos 250 Kilómetros al norte. El paisaje de los llanos es impresionante, un mar de horizonte, donde los grandes ríos se pierden zigzagueantes de la vista mientras llevan las aguas que la cordillera incansablemente provee a estas planicies inmensas. Con Hugo compartí un agradable día de correría por el pie de monte llanero de donde el paisaje se aprecia en toda su extensión.

Tiempo era ya de volver a la montana, pero fácil no iba a ser. Luego de arrancar temprano en la mañana rumbo Bogota por la vía a Sogamoso con la intención de visitar Villa de Leyva antes de proceder a la capital del país, me encontré con lo que había sido un deslizamiento de tierra que aunque ya destapado había dejado a su paso una gruesa capa de pantano denso y húmedo que si hacia el paso complicado para camiones y camperos, lo hacia prácticamente imposible para la moto. Pero bueno, decidí intentar y tras de quitar las maletas, caerme tres veces, embarrarme hasta la frente y quebrar el apoya pie derecho me di cuenta que no lo iba a lograr y pues vuelta atrás y a buscar otra ruta. La ruta escogida aunque un poco mala y con un prolongado tramo destapado me mostró paisajes espectaculares de la cordillera oriental que de otro modo nunca hubiera conocido. La represa del Chicamocha es imponente y los múltiples túneles que atraviesan la montana en esta vía hicieron del viaje algo completamente diferente y muy agradable. Lo que hubieran podido ser tres horas y media, fueron ocho y el tener que manejar sin el apoya pie derecho me dejo exhausto.

En Bogota arregle la moto y al día siguiente acepte una cordial invitación de Julián Londoño para la casa de su familia en Girardot. Una excelente ruta, curvas perfectas, un buen pescado en la vía y llegar a una espectacular casa al lado de un lago con un agradable Jacuzi fueron la perfecta despedida del altiplano cundiboyacence. Era jueves y como bien dice Julián en tono sarcástico: “Cuando será Domingo para descansar”.

La ruta me conducía ahora de nuevo a Manizales, donde el plan era estar con mis padres, mis amigos y despedirme por que ahora si la ruta solo apunta al sur. Acá permanecí un poco mas de una semana, disfrutando de casa, ejerciendo mi derecho a votar y en un par de fiestitas dignas de una buena despedida… tan dignas, que la ultima en casa de Laura termino por aplazar la salida un par de días, ya que quede en estado no apto para la conducción… pero bueno, se disfruto y hasta el año entrante.

Ahora si oficialmente había comenzado de nuevo, moto full carga y espíritu recargado hasta el tope me llevaron en el primer día hasta Cali. Armandito me recibió en su casa y aunque no salimos mucho debido a la lluvia, pase un par de días muy agradables con el, su novia Lucia, su amiga Margarita y otros de sus amigos. Buen ambiente el de Cali, y de allí a Popayán. El nuevo hostal Trail es un buen lugar para llegar, acá celebramos informalmente la noche de brujas y pues termine abrazado a la estatua de Nariño en el parque central bajo la lluvia en compañía de dos agradables canadienses que igual estaban de paso. No me disfrace pero la oportunidad se aprovecho para celebrar.

En Pasto solo me quede una noche, pero aproveche el buen clima temprano en la mañana par ir hasta la espectacular laguna de la Cocha, luego viajar a Ipiales, visitar el Santuario de Las Lajas y encontrarme con mi primo Pablo en un supermercado de la ciudad.

Una bandera mas en la ruta, el cruce al Ecuador ha sido el más simple de todos y si no fuera por que llegamos a hora de almuerzo hubiéramos pasado en menos de 10 minutos. La ruta a Quito estuvo un poco pesada debido al tráfico, y como mi primo iba en carro no podía hacer uso de las maravillosas capacidades de la moto para sortear los lentos vehículos. Igual llegamos sin problema y el paisaje montañoso del Norte de Ecuador es sencillamente anonadante.

En realidad no tenia una imagen preestablecida de Quito, pero la ciudad me ha descrestado. Situado a lo largo de un estrecho valle a 2800 metros sobre el nivel del mar, la ciudad esta llena de encantos: los paisajes de montanas, volcanes y nevados; el centro antiguo y sus majestuosas iglesias; la zona Mariscal, sus buenos bares, restaurantes y discotecas; el teleférico y la vista de Quito desde lo alto del Pichincha; la mitad del mundo y por supuesto en mi caso la compañía de mi primo, su esposa, mis sobrinos y mi tía han hecho que me lleve una imagen muy agradable de la capital ecuatoriana.

En cuanto a la moto todo anda bien, después de sobrevivir a un pequeño impase en manos de mí cuñado en Bogota, mis caídas en la vía Yopal-Bogota, y una ridícula caída mientras parqueaba después de dar una vuelta con Margarita en Cali, ha demostrado que mas fina no puede ser y que la vuelta la da conmigo completita hasta el sur y de regreso. En Quito llego la hora de nuevas llantas, un cambio de aceite y filtro y pues ya estamos listos para seguir.

La costa ecuatoriana, Guayaquil y Cuenca son los siguientes destinos antes de cruzar a la republica del Peru.


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