070516 - Creel :: Gente agradable | Nice People

Había llegado a la Paz luego de manejar temprano en la mañana por la ruta 19 también conocida como la vía rápida desde Los Cabos. Era Domingo y las carreteras estaban relativamente solas, el día fresco y pues muy agradable para manejar y disfrutar el paisaje del Pacifico que se veía un poco nublado sobre el lecho marino. La Paz es una ciudad bien bonita con un anden que se extiendo por kilómetros a lo largo de la Bahía y que por ende esta rodeado de hoteles, restaurantes y bares. Era temprano y por tanto el momento perfecto para apreciar realmente lo lindo del lugar por un corto tiempo ya que tenia que seguir mi ruta un poco hacia el Norte en Pichingirile donde a las 3 PM salía el ferry hacia Topolobambo en México continental y pues aunque eran apenas las 10 de la mañana, tenia que dar suficiente tiempo para los tramites de importación temporal de la moto.

Era un día para conocer gente agradable, la primera fue una señora de los Estados Unidos que se acercaba a los 70 años (por que así me lo comento) y viajaba con su esposo en un RV por toda Baja y México. Hablamos por lo menos por una hora, contándome como ella había sido bien aventurera y no solo había recorrido parte de México sola en moto en los 70 sino como también ella y sus cuatro hijos, en un pequeño carro habían recorrido Guatemala, México y buen parte de los Estados Unidos. Le fascino mi historia y mi viaje, y me dijo que esa era la manera de hacerlo, sin muchos planes y yendo día a día, eso si, como buena madre que era me repitió en tono intenso múltiples veces mientras se alejaba luego de una calurosa despedida: Ten mucho cuidado, ten mucho cuidado, ten mucho cuidado….

El siguiente fue Mauricio Castillero, un pelado de Puebla un poco mas joven que yo que andaba trabajando en esta zona y se dirigía a Chihuahua por unos días a ayudar con la movilización y el monitoreo de unas maquinarias para construcción de puentes. Lo interesante de este personaje, es que después de iniciar la conversación con un amable “esta chida tu moto”, y continuar con hablar de nuestros lugares de origen, y pues el mío, Manizales y nuestro equipo de fútbol “el once caldas”, resulto ser gran amigo y compañero de andanzas en su tiempo de universidad en Puebla de dos Colombianos que completaban sus estudios de maestría en su misma universidad: Anibal Giraldo y Juan Carlos Baeza. Mi sorpresa fue inmensa, ambos son amigos mios desde la infancia, y Baeza estudio conmigo parte del bachillerato y fue de igual manera compañero de andanzas. Para acabar de completar con él había hablado el día anterior por teléfono para decirme que me espera en su casa en Puebla cuando pase en mi ruta. Bueno, ahí tuvimos tema para las 6 horas que duro el recorrido del Ferry hasta Topolobambo, para descubrir que Mauricio era igualmente un personaje bien vacano y que solo una gran coincidencia podía haber cruzado nuestros caminos. Un nuevo amigo en el camino y una historia mas para contar!!

Eran casi las 11 de la noche cuando desembarcamos del ferry, un poco cansado y sin ganas de manejar de noche, entre al primer lugar donde podría encontrar dormida. Era el motel Popeye, motel tipo latino América (para los que no saben, en Latino América, los moteles alquilan habitaciones por periodos de tiempo para que parejas, normalmente a escondidas puedan disfrutar un tiempo a solas), aquí por solo 12 dólares podía tener 8 horas de descanso con garaje privado y una ducha exótica. Me dormí de inmediato y no se si tuve un sueño muy profundo o las habitaciones tenían un aislamiento acústico muy bueno, pero nunca escuche ningún tipo de actividad de la que normalmente se lleva a cabo en estos lugares y el descanso fue total.

Tenia en la cabeza la idea de montarme en el ferrocarril del Pacifico para visitar la Barranca del Cobre, viaje hasta El Fuerte donde me informaron que el único sitio donde se podía embarcar la moto era en Los Mochis, y pues la verdad no me gusta devolverme entonces agarre hacia el norte para Álamos, Sonora, un viejo pueblo encantador que se hace amable al solo caminar por sus calles bajo la sombra que las casas proveen para pretejerse del fuerte sol que asota la tarde. En la vía a Álamos, un amable soldado en un reten militar me dice que la ruta por el Norte hacia Creel (y la barranca del Cobre) es segura mientras viaje en el día, y pues siendo este uno de mis destinos claves decido tomar esta ruta aunque el ir hacia el Norte no me llame mucho la atención. Bueno, pronto la ruta apuntara al sur nuevamente y mi cabeza se llenara de más y más de recuerdos de este México espectacular.

La ruta a Creel fue a través de uno de los cruces montañosos mas largos que he manejado, de 680 Km por lo menos 400 fueron curva tras curva por ascensos y descensos que parecían interminables, una ruta de verdad excelente con paisajes espectaculares y como no puede faltar en latino América, un par de tramos en muy malas condiciones. En Creel me hospede en Casas Margarita, un hostal lleno de turistas, en su mayoría europeos. Durante la cena conocí a una pareja de italianos (Carla y Jerry) que por edad podrían ser casi mis padres, pero con un espíritu aventurero que a lo largo de los años los ha llevado a conocer muchos lugares en el mundo, entre español e italiano hablamos por un par de horas de viajes, lugares únicos y motos entre otras… Otro par de personas agradables que en este camino me he encontrado.

La primera vista de la Barranca del Cobre la tuve en Divisadero a 50 Km de Creel en la compañía de mis nuevos amigos italianos. Caminamos hasta el tope de una meseta superior para encontrar una vista impresionante del cañón y el pequeño pueblo de Divisadero. Este paisaje al igual que el del Gran Cañón en Arizona son del tipo que me llenan de energía, pararme en el filo de un acantilado de cientos de metros de profundidad, con la inmensidad del cañón al frente mío y sintiendo la brisa fresca en la cara, simplemente me transportan a otro nivel donde me siento uno con la naturaleza. Que alegría estar allí. Mi rumbo continua hacia Parral y Durango con la mira puesta en Guadalajara ya que la moto necesita pronto una llanta trasera nueva y un cambio de aceite y filtros. La ruta hacia Parral (la ciudad donde Pancho Villa fue asesinado) cruza todo el parque de las Barrancas, mostrando en varias oportunidades la inmensidad de aquel paisaje.

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I arrived to La Paz after riding early in the morning on route 19 also known as the fast way from Los Cabos. It was Sunday and the roads were not crowded at all, the day fresh and therefore very nice for riding and enjoying the landscape of the Pacific that looked a little foggy over the sea bed. La Paz is a nice cozy town with a sidewalk that extends for miles along the bay and is then crowded with hotels, restaurants and bars. Is early and a perfect moment to really appreciate the beauty of the place for a little while since I had to continue my route north to Pichingirile where at 3 PM the ferry leaves towards Topolobambo in continental Mexico and even though it is only 10 AM I had to provide enough time for processing the temporary importation documents for the bike.

The day was meant to meet nice people, first was a lady from the USA close to 70 years old (since she told me) that was traveling with her husband in an RV across Baja and continental Mexico. We talked for more than an hour as she told me stories of how she has always been very adventurous and had not only ridden across part of Mexico alone in a Motorcycle back in the 70s but also how she and her 4 children, in a small car had driven around Guatemala, Mexico and part of the US. She really liked my story and my trip and she told me that was the way to do it, with out too many plans and going day by day, but as any good mother she repeated to me several times as she walked away after a warm good bye: Be very careful, be very careful, be very careful…

Next one was Mauricio Castillero, a guy from Puebla a little younger than me who was working in this area and was going to Chihuahua for some days to help with the moving of some machines used for bridge construction. What was interesting about him, is that after starting the conversation with a jovial “esta chida tu moto” (“cool bike” in Mexican slang), and continue talking about our home towns, and well mine, Manizales and its soccer team “once caldas”, he ended up being a very good friend and pal in his university time in Puebla of two Colombian guys that were completing their master degrees on the same school: Anibal Giraldo and Juan Carlos Baeza. My surprise was immense; both are good friends of mine since kids and Baeza was my classmate for part of our high school years. I had actually talked over the phone with Baeza the day before when he told me he was waiting for me in his house in Puebla when I go by. Well, there we have something to talk about during the 6 hours that lasted the ferry ride to Topolobambo, to find out the Mauricio himself was a very cool guy and that only a huge coincidence could have made cross our paths. A new friend in the road and one story more to tell!!

It was close to 11 at night when we got off the ferry, a little tired and with no will to ride at night; I went in the first place that could give me some place to rest. It was Motel Popeye, a motel Latin American style (for those who don’t know, in Latin America, motels are rented for periods of time so that couples, normally clandestinely can enjoy some time together), here for only 12 bucks I could have 8 hours of rest, with a private garage and an exotic shower. I fell asleep right away and not sure if my sleep was too deep or the acoustic isolation of the place was very good, but the truth is I could not hear any type of activity of which normally is carried out in this type of paces and so the rest was total.

The idea on my mind was to ride the Ferrocarril del Pacifico (railroad) to visit Copper Canyon, I rode to El Fuerte where I was informed that the only place where the bike could be loaded was in Los Mochis, and since honestly I don’t like to ride back I decide to go north to Alamos, Sonora, a charming old town that feels welcoming as you walk by the streets under the shadow that the old housed provide to protect from the bright sun that hits in the afternoon. In my way to Alamos, a nice soldier in a military check point told me that the route in the north to Creel (and Cooper Canyon) is safe as long as I travel during the day, and since this is one of my key destinations I decided to take this route even though I don’t like too much the idea of heading north this days. Well, soon the route will head south again and my mind will be filled with more and more memories of this spectacular Mexico.

The route to Creel consisted of one of the longest mountain crosses I have ever ridden, out of 680 Km at least 400 were turn after turn on ascends and descends that looked without end, a route truly excellent with spectacular mountain landscapes and as can not be missed in Latin America, a couple of stretches in very bad condition. In Creel I stayed in Casa Margarita’s, a hostel full of tourists, mostly Europeans. While dinning I met a couple of Italians (Carla and Jerry) that by age could almost be my parents, but with an adventurous spirit that has lead them to know a lot of places in the world, between Spanish and Italian we talked for a couple of hours about trips, unique places and motorcycles among others… another couple of nice people that I have found in this route.

The first visit to Copper Canyon was at Divisadero 50 Km south of Creel in company of my new Italian friends. We hiked to the top of a higher mesa to find an impressing view of the Canyon and the small town of Divisadero. This landscape as well as the one in Grand Canyon in Arizona are the type that fill me up with energy, standing on the edge of a hundreds of feet deep cliff, with the immensity of the canyon in front of me and feeling the fresh wind in my face, simply transport me to another level where I feel one with nature. I’m happy to be here. My route continues to Parral and Durango while aiming for Guadalajara since my bike is in need now of a new back tire and a change of oil and filters. The route to Parral (the city where Pancho Villa was murdered) crosses the whole Canyon park, showing in multiple opportunities along the way the immensity of the place.


La Paz to Alamos:









Canon del Cobre / Cooper Canyon: